La vida es lucha y la lucha es vida, decía la carpeta de presentación de nuestra Asociación, que vio la luz en la Ciudad de Buenos Aires el 20 de junio de 1990, con una meta: luchar para que no mueran más personas en el tránsito.
Un pequeño grupo de personas, unidas por amor a la vida, preocupadas por las alarmantes noticias diarias de muertos en el tránsito y la ausencia de acción gubernamental sobre el problema, nos decidimos a empezar a actuar desde la comunidad, gratuitamente, convencidos de que, si podíamos contribuir a salvar una sola vida, valían todos los esfuerzos.
En ese entonces, ignorábamos que nos enfrentábamos a una pandemia, la de los siniestros viales que azotaba al mundo en general y muy especialmente a la Argentina. Muy pronto aprendimos, de expertos de países exitosos en el tema, que esta pandemia, a diferencia de la del coronavirus, que hoy nos aqueja fuertemente, tiene remedio con una política de estado integral y eficiente para la seguridad vial.
Comenzamos la tarea desde el llano, procurando contagiar nuestra preocupación a la sociedad. No pueden buscarse soluciones a problemas que se desconocen.
El tiempo pasó, y las acciones de Luchemos se multiplicaron: el acceso a los medios masivos de comunicación, hicieron posible difundir durante 28 años campañas de concientización televisiva y radial que hasta hoy llegan a los confines del país y los trascienden. La elaboración de propuestas de legislación, de talleres educativos en escuelas, cursos de capacitación para municipios y empresas, estudios e investigaciones, una revista especializada, premios anuales, videos y materiales didácticos, una nutrida página web, un canal de YouTube y la presencia en las redes sociales, un curso online gratuito, son sólo algunos de los caminos transitados en estos años, de intensa actividad con y para la comunidad argentina, con trascendencia internacional. Años plagados de nuevas experiencias, aprendizajes y también, hay que decirlo, de frustraciones.
Pero entendemos que valieron todos los esfuerzos realizados, al haber logrado instalar el problema de la inseguridad vial en la agenda de los medios y de la política nacional, por haber incentivado a otras personas a actuar, en lugar de esperar pasivamente a que todo cambie, y por sobretodo, porque muchas vidas se salvaron en el tránsito con los cambios logrados en estos 30 años en Argentina.
Sin embargo, aún queda muchísimo por hacer para que las altas cifras de morbi-mortalidad en el tránsito reviertan, significativamente, en nuestro país. Todavía, cerca de 7.000 vidas se pierden cada año en el tránsito. Por eso nuestro compromiso de continuar trabajando.
Agradecemos la invalorable ayuda de los medios, periodistas, sponsors y todos los voluntarios y colaboradores que creyeron en nosotros y se sumaron a este esfuerzo. Que entendieron que este es un problema de todos y que, entre todos, podemos hacer realidad la utopía de que no mueran más personas en el tránsito.
¡Muchas gracias! ¡La lucha continúa!
Dr. Alberto Silveira, Presidente