Nuevamente, el fracaso resuena en la última reunión del Consejo del Salario, y como ha venido sucediendo, el Gobierno deberá definir la cifra final.
Desde que Javier Milei asumió la presidencia, la reunión para discutir el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) ha fracasado por tercera vez. Ante esta situación, el Gobierno ha anunciado que determinará el incremento mediante decreto, siguiendo la tendencia actual.
En el encuentro del Consejo del Salario, que tuvo lugar después de una reunión entre la CGT y el secretario de Trabajo, Julio Cordero, se abordaron las reformas laborales impulsadas por el presidente. Las centrales obreras involucradas (CGT y las dos CTA) exigieron un aumento a $482.000 para julio y $505.000 para agosto, argumentando que esto representaría un incremento del 116% y elevaría el SMVM por encima de la línea de indigencia actual ($234.000). Sin embargo, el sector empresarial propuso incrementos escalonados vinculados a la inflación: $245.000 en julio, $253.000 en agosto, $259.000 en septiembre y $264.000 en octubre.
Según declaraciones de Hugo Yasky, secretario de la CTA-T de los Trabajadores, “Es evidente que el Gobierno no toma medidas efectivas para evitar la presión ejercida por los empresarios, lo que resulta en un laudo que, casi siempre, favorece las cifras propuestas por ellos. Por ello, planeamos denunciar esta situación ante la OIT (Organización Internacional del Trabajo).”
Además, el último incremento fue decretado por el Gobierno, estableciendo un aumento del 15% en dos etapas, pagaderas en abril y mayo. Así, el salario mínimo llegó a los $234.315 en el quinto mes del año.
Hasta el momento, mientras se aguarda el laudo que deberá efectuar el Gobierno nacional, todo parece indicar que este se vinculará al avance de la inflación o a un porcentaje mayor no muy lejano a la misma, una posición más cercana a la ofrecida por los empresarios.
La semana entrante habrá novedades al respecto para saber cuál será el número final de este importante ítem que afecta el salario de los trabajadores e influye también en el pago del Impuesto a las Ganancias, entre otras cosas.