“Quisiera que la cadena perpetua sea como el significado de la palabra, pero lo único que es perpetuo es que no tengo más a Chiari”, dijo Verónica Camargo, la mamá de la adolescente asesinada hace seis años por su novio en Rufino y que motivó la primera marcha del movimiento #NiUnaMenos.
Verónica Camargo, la madre de la adolescente Chiara Páez asesinada hace seis años por su novio en la localidad santafesina de Rufino, caso que motivó la primera marcha del movimiento #NiUnaMenos, consideró este miércoles “una falta de respeto” la demora judicial de la Corte Suprema provincial en no resolvió una apelación de la condena que recibió el acusado hace tres años.
“Quisiera que la cadena perpetua sea como el significado de la palabra, pero lo único que es perpetuo es que yo no tengo más a Chiari”, dijo a Télam Camargo, la mamá de la adolescente asesinada el 10 de mayo de 2015.
A seis años del femicidio, la Corte santafesina aún no resolvió la apelación del fallo por el que el novio de la joven, Manuel Mansilla, fue condenado a 21 años y 6 meses de prisión, informaron este miércoles fuentes judiciales.
Camargo dijo que la demora judicial “es una falta de respeto, más allá de toda esta situación de pandemia, porque van seis años de lo de Chiara”.
La sentencia de primera instancia que encontró a Mansilla como responsable penal de su asesinato fue confirmada el 2 de marzo de 2018 por la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Rosario.
El joven, que al momento de los hechos era menor de edad, fue condenado un año después –en septiembre de 2017, cuando ya era mayor- a 21 años y seis meses de prisión, en una sentencia dictada por el juez Javier Prado y confirmada por un tribunal de alzada en marzo de 2018.
Sin embargo, a tres años de aquella confirmación el máximo tribunal santafesino de Justicia aún no resolvió un recurso interpuesto por la defensa del condenado, señalaron a esta agencia voceros del Poder Judicial.
El femicidio de Chiara
Chiara Páez desapareció la madrugada del 10 de mayo de 2015 luego de salir con un grupo de amigas y decirles que iba a encontrarse con su novio, Mansilla, que entonces tenía 16.
Ese domingo la familia denunció que no había regresado a su casa y la Policía rastrilló el pueblo junto a los vecinos para encontrarla. El cuerpo apareció horas después enterrado en el patio de la casa familiar de Mansilla, quien según las pericias la mató a golpes.
La autopsia determinó que Chiara había tomado un antiflamatorio utilizado para abortar, pues cursaba un embarazo de ocho semanas que su madre había aceptado, pero que la familia de su novio no quería continuar.
“A Chiara la encontraron en esa casa, en ese pozo, en ese patio, y que la Justicia todavía tenga tantas vueltas, a seis años que no tengamos una sentencia firme, la verdad es que me duele”, dijo Camargo.
La mujer pidió que “aunque sea confirmen esos 21 años y seis meses, que sean reales y definitivos y no seguir dando tantas vueltas”.
En ese sentido, Camargo apuntó a la mora judicial como parte del problema de la violencia de género, al señalar que “por eso sigue habiendo tantos femicidios y tantos hechos de violencia”.
También cuestionó los derechos que asisten a los agresores y la falta de apego estatal a la suerte de las víctimas y sus familiares.
“A veces en vez de investigar más al victimario se lo hace con la víctima”, dijo, y puso como ejemplo los cuestionamientos sobre “si usaba tal ropa, si usaba drogas”.
“Como madres –enfatizó Camargo- no buscamos ni la pena de muerte ni la justicia por mano propia, lejos está eso de nosotras, pero duelen estas injusticias de tener un sistema judicial que no trabaje como corresponde”.
Telam